Berlín en 3 días: todo lo que tienes que ver
Tres días en Berlín dan para mucho, así que prepárate para recorrer el presente, el pasado y quizá incluso el futuro de la capital alemana
Te aseguro que es posible condensar lo más importante que ver en Berlín en tres días. Eso sí, tendrás mucho que andar, pero seguro que las ganas de descubrir una de las ciudades más interesantes de Europa gana al cansancio.
Durante tu visita tendrás la oportunidad de conocer Berlín desde las alturas, pero también desde sus plazas y desde su vertiente más artística. A lo largo de los años la ciudad ha evolucionado mucho, pero, a día de hoy, sigue habiendo trozos de muro, monumentos conmemorativos y museos que nos recuerdan su historia. Mis consejos y el recorrido que he preparado seguro que te sirve de ayuda. ¿Empezamos?
Día 1: Haz un recorrido desde la Puerta de Brandemburgo hasta la Catedral
El primer día estarás lleno de energía, así que prepárate para un largo paseo que te llevará por el centro de Berlín. Pararás a conocer aquellos lugares que merecen una visita más detallada, como el Monumento a los Judíos o el Parlamento pero, no te preocupes, también habrá tiempo para relajarse sobre el césped de uno de los parques más bonitos de la ciudad.
Cruza la Puerta de Brandemburgo
Un viaje a Berlín tiene que empezar cruzando la Puerta de Brandemburgo, como si estuvieras entrando oficialmente a la ciudad. Sin duda, este monumento es el gran símbolo, no solo por haber sido una de las antiguas puertas de entrada, sino porque también representa la paz.
Si reservas un tour guiado por Berlín, tienes un amplio porcentaje de posibilidades de que este sea el punto de partida. La construcción, de unos 26 metros de alto, se inauguró en 1791, aunque ha sido levemente modificada a lo largo de los años. Por ejemplo, el carro de la Victoria que hay arriba no es el original, ya que fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
Puedes cruzar la Puerta de Brandemburgo y hacerlo por cualquiera de las cinco calles, algo que hasta 1918 no era posible. ¿Por qué? Porque la central sólo podía utilizarla la familia real y otras personas aristócratas. Este lugar goza de mucha popularidad y brilla con esplendor, tanto de día (por el sol) como de noche (por la iluminación que hay instalada).
Sube a la cúpula del Parlamento de Alemania
Una vez cruces la Puerta de Brandemburgo, dirígete al Parlamento Alemán, el famoso Reichstag. Su valor institucional es evidente, pero también a nivel arquitectónico, ya que mezcla elementos clásicos y una cúpula moderna.
En este lugar se han vivido eventos históricos, como su ocupación por obreros y soldados para declarar la República de Weimar en 1918. Con la llegada de Hitler y los nazis al poder el edificio y todo lo que representaba quedaron injustamente en el olvido, hasta el punto de que se incendió en 1933. Puedes, y debes, reservar un tour por la cúpula del Reichstag.
Desde arriba, se pueden tener unas vistas increíbles. Además, dispondrás de una audioguía para ir escuchando la historia del edificio y la cúpula, rediseñada por Norman Foster en 1956. La entrada al Parlamento Alemán es gratuita, pero debes reservarla con tiempo porque se agotan.
Come en el Tiergarten
¿La subida a la cúpula te ha abierto el estómago? Dirígete hacia el Tiergarten, un antiguo coto de caza que ahora es uno de los parques más grandes y bellos de Berlín. Allí puedes pasear por sus miles de kilómetros cuadrados, aunque mi recomendación es que compres algo de comida en algún puesto de alrededor e improvises un picnic en la hierba.
Antes de irte, camina un poco más por todo el lugar. Hay senderos para perderte por su frondosa vegetación; puedes recorrerlos a pie o con un tour en bicicleta por Berlín. A tu paso encontrarás arroyos, que acompañarán tu caminata con su relajante sonido.
Acércate al Monumento a los Judíos
Seguro que has oído hablar del Monumento a los Judíos, uno de los lugares más solemnes de Berlín. Es un lugar que conocerás si reservas el tour del Tercer Reich en Berlín.
Los casi 3.000 bloques de hormigón que allí se encuentran rinden homenaje a los judíos de Europa víctimas del Holocausto y el terror nazi. La idea de este monumento es crear una especie de laberinto. Puedes entrar por cualquier sitio e ir caminando entre los bloques, que te rodearán para que, de algún modo, sientas la persecución que sufrió el pueblo judío.
En este mismo espacio se encuentra el Centro de Información, un conjunto de salas subterráneas que cuentan la historia del exterminio judío. Incluye testimonios de personas que lo vivieron y también hay una gran habitación en cuyas paredes se han escrito los nombres y breves biografías de las víctimas del Holocausto.
Camina hacia la Catedral de Berlín
Caminando media hora llegarás a la Berliner Dom, es decir, la Catedral. Data de finales del siglo XIX (fue terminada en 1905) y es un edificio enorme que impresiona. Se encuentra en una localización envidiable, con el río Spree cerca y el gran jardín de Lustgarten precediéndola.
Desde fuera ya llama la atención, pero su interior es aún más interesante, por lo que te recomiendo comprar la entrada (aproximadamente 7€). Como prácticamente todos los edificios de Berlín, tuvo que reconstruirse tras la Segunda Guerra Mundial.
La dinastía Hohenzollern está enterrada en la Cripta. No te puedes perder la subida a la cúpula que, aunque es algo dura porque te esperan más de 200 peldaños, proporciona una bonita panorámica. Si además subes al atardecer, harás unas fotos increíbles. La Catedral es uno de los monumentos que verás si reservas un crucero con cena Berlín.
Día 2: Descubre el arte de los museos de Berlín y su casco viejo
Berlín es una de las grandes capitales del arte, eso no puede discutirse. Si tienes dudas, cuando visites uno o varios de sus museos lo tendrás claro. No te preocupes, en este segundo día no estarás todo el rato entre paredes llenas de cuadros y esculturas, sino que también caminarás por las calles antiguas de la ciudad, descubriendo lugares emblemáticos como el Ayuntamiento.
Visita la Isla de los Museos de Berlín
Empieza el día recorriendo las salas de algunos de los mejores museos de Berlín. Tendrás la oportunidad de viajar en el tiempo a Egipto, la Antigua Grecia, el Imperio Romano… Aunque la razón de que esto sea posible es el expolio artístico que los nazis llevaron a cabo. En los museos berlineses se encuentran piezas tan importantes como el Altar de Pérgamo o varias momias egipcias.
Lo bueno es que no tendrás que ir de un lado a otro para ver todo, ya que puedes conseguir una entrada para la Isla de los Museos de Berlín que, situado a la orilla del río Spree es un conjunto museístico Patrimonio de la Humanidad.
- Museo Nuevo de Berlín: el busto de Nefertiti te espera allí, además de una colección de objetos egipcios y orientales.
- Museo Antiguo de Berlín: si te interesan las excavaciones arqueológicas y las antigüedades clásicas, entra.
- Museo Bode: el arte bizantino tiene un hogar en Berlín, y concretamente en este museo que además cuenta con una sala dedicada solo a la numismática.
- Antigua Galería Nacional: aquí solo encontrarás cuadros, pero estos han sido pintados por los grandes artistas del realismo europeo.
Dirígete a Nikolaiviertel para comer algo
Tras toda la mañana visitando los museos de Berlín, es momento de hacer una parada para comer. Puedes reservar un tour gastronómico por Berlín con 10 degustaciones o si no quieres invertir mucho tiempo, a solo cinco minutos, cruzando por el puente Rathausbrücke, llegarán a Nikolaiviertel, uno de los mejores barrios de Berlín donde encontrarás restaurantes que sirven comida regional.
Puedes probar un Schweinebraten, el famoso plato de cerdo y cerveza, pídelo en alguno de los locales de la zona. Cuando acabes de comer, da un paseo por los alrededores; encontrarás la famosa Nikolaikirche, que es la primera iglesia de Berlín. Otro edificio que llama la atención es el Ephraim-Palais, un palacio rococó.
Conoce el Ayuntamiento de Berlín
Conocida como “la casa roja”, el Ayuntamiento de Berlín destaca precisamente por su fachada de ladrillos. Es el lugar de trabajo del alcalde y el Senado de la ciudad. Cuando la ciudad quedó dividida en la Guerra Fría, este edificio siguió siendo el ayuntamiento de Berlín Este. Entrar no siempre es posible (es un lugar de trabajo y oficial), pero, si tienes suerte, podrás caminar por sus tres patios interiores y ver por dentro algunas salas.
Si quieres llegar cómodamente puedes reservar un tour en autobús por Berlín. En el interior del “Rotes Rathaus”, puedes ver:
- Bustos de personajes ilustres de Berlín, que se encuentran expuestos en el pasillo del tercer piso.
- Grand Ballroom, lugar de ceremonias y recepciones institucionales.
- Salón de Armas, donde están todos los emblemas berlineses.
Termina el día en Alexanderplatz
Antes de terminar el itinerario del día, hay un lugar más que tienes que ver en esta zona: Alexanderplatz. Esta plaza, que los berlineses conocen como “Alex” fue el centro de Berlín Este durante la Guerra Fría. Hoy en día sigue siendo punto de encuentro y de ella parten las avenidas más importantes de Berlín. Te recomiendo:
- Reservar entradas a la Torre de Televisión de Berlín, uno de los edificios que más llama la atención y que la RDA levantó en los años 60 para demostrar su poder.
- Acércarte a ver el Reloj Mundial, donde se marcan las horas de todas las ciudades.
- Visitar la Fuente de la Amistad entre los Pueblos, que en verano se utiliza para refrescarse.
Además de contar con monumentos importantes, Alexanderplatz tiene mucho valor histórico. En ella medio millón de personas se reunieron el 4 de noviembre de 1989 para pedir el fin del gobierno de la URSS y la caída del Muro.
Día 3: Disfruta de una jornada por el pasado y el presente de Berlín
El viaje está llegando a su fin, pero no puedes irte de Berlín sin conocer a fondo su historia más reciente. Habrás oído hablar mucho de la época nazi, la guerra y la posterior división de la ciudad, pero en este día podrás entender mucho mejor todo lo que ocurrió. ¿Nos ponemos en marcha?
Recorre la East Side Gallery
Para empezar el día, te propongo dar un paseo por la ribera del río Spree, por la calle Mühlenstraße. Poco a poco irás empezando a ver trozos del Muro de Berlín. Finalmente, llegarás a la East Side Gallery, donde el muro está mejor conservado y sobre el que se han pintado grafitis. Convertida en un museo de arte urbano (el más grande del mundo), esta zona es de las más fotografiadas de Berlín.
Todos los artistas que participaron en esta galería quisieron representar a través de sus obras la esperanza y la euforia que suponía que el muro hubiese caído. Sin duda, esta es una de las visitas imprescindibles durante tu viaje a Berlín. Y tras ella no dudes en visitar el Museo del Muro.
Camina por la multiculturalidad de Kreuzberg
Kreuzberg era un barrio alternativo, marginal y en el que vivían okupas, estudiantes y artistas. Aunque desde entonces ha cambiado y ahora forma parte de lo que se considera el centro de Berlín. Sigue teniendo mucha historia y cultura por la que pasear. Aún hoy pueden identificarse dos zonas, una más aburguesada (el oeste) y otra más bohemia (el este).
Pero si por algo destaca es por su multiculturalidad. En esta área conviven ciudadanos de todo el mundo, sobre todo turcos. De hecho, si vas un martes o un viernes podrás comprar algo en los puestos de ropa, objetos artesanales y comida del Türkische Markt.
Reserva un tour guiado privado por Berlín y visita este barrio tan peculiar. Uno de sus elementos más importantes es el arte.Te recomiendo entrar a algún centro cultural como:
- Künstlerhaus Bethanien: un antiguo hospital que durante años los okupas han convertido en una galería alternativa.
- Köpi: el centro punk de Berlín y de Europa.
Conoce la Gendarmenmarkt y sus iglesias gemelas
Tu siguiente parada es la Gendarmenmarkt. ¡No puedes irte de Berlín sin visitar las iglesias gemelas! Es uno de los lugares más bonitos de la ciudad, ya que allí, además de las iglesias, también se encuentra la Konzerthaus de Berlín.
¿Por qué hay dos iglesias barrocas iguales en la plaza? Todo tiene una explicación: una es francesa y para el culto hugonote, y la otra alemana y luterana. Puedes entrar a cualquiera de las dos (5 € aproximadamente cada ticket), pero no te lo recomiendo; las vistas desde sus torres, habiendo subido ya a la cúpula del Parlamento o de la Catedral, no te sorprenderán.
Entre ambas iglesias está la gran sala de conciertos de Berlín, la Konzerthaus. Este edificio fue uno de los que más sufrió durante la Segunda Guerra Mundial, ya que había rumores de que Hitler acudía mucho a ella, por lo que la bombardearon en múltiples ocasiones. A día de hoy está reformada. Si quieres acercarte cómodamente reserva el autobús turístico por Berlín.
Saluda a los soldados de Checkpoint Charlie
¿Aún no conoces a Charlie? Es el nombre del paso fronterizo más importante utilizado durante la división de la ciudad. Por aquí los ciudadanos de Berlín Oeste podían cruzar a la zona Este; eso sí, muy de vez en cuando y con razones aprobadas por ambos gobiernos previamente. En la actualidad, hay un cartel conmemorativo que señala que se está abandonando el sector americano, además de las fotos de los dos últimos soldados (uno de cada lado) que hicieron guardia.
Por aquí también podrás escuchar historias de personas de Berlín Este que trataron de burlar la seguridad para llegar al otro lado y empezar una nueva vida. Hoy puedes cruzar de un lado a otro sin problema, pero hay múltiples fotografías y textos que te recuerdan y explican que no siempre fue así. La mayoría de los tours guiados por Berlín incluyen esta visita. Es el caso del tour políticamente incorrecto por Berlín.
Finaliza el día en la Potsdamer Platz y haz un tour de cerveza
¿Pensabas que te ibas a ir de Berlín sin conocer Potsdamer Platz? Aunque durante el día te has acercado al pasado de Berlín, ahora toca disfrutar de su zona más moderna. Esta plaza fue completamente reformada a finales del siglo XX, por lo que tiene un aspecto totalmente diferente al del resto de la ciudad. No obstante, quedan algunos elementos del pasado, como el primer semáforo que hubo en Berlín ¡y en toda Europa!
Uno de los edificios más importantes que allí se encuentra es el Sony Center, imponente con su gran cúpula de cristal que cambia continuamente de color. Como cuando vayas ya estará anocheciendo, podrás apreciar mejor las luces. Aprovecha también para sentarte a cenar algo y tomar una copa en alguna de las terrazas. Y para finalizar el día reserva un tour de la cerveza por Berlín.
Un resumen de tu recorrido para 3 días en Berlín
- Día 1
- Cruza la Puerta de Brandemburgo
- Sube a la cúpula del Reichstag
- Visita el Monumentos a los judíos
- Entra a la Berliner Dom
- Día 2
- Visita la Isla de los Museos
- Recorre Nikolaiviertel
- Conoce el Rotes Rathaus
- Descubre Alexanderplatz
- Día 3
- Contempla el arte urbano de la East Side Gallery
- Pasea por el barrio de Kreuzberg
- Conoce las iglesias gemelas de Gendarmenmarkt
- Acércate a Checkpoint Charlie
- Visita la Potsdamerplatz
El autobús turístico, la mejor forma de moverse por Berlín
Hay muchas actividades y planes que puedes hacer en Berlín. Al haber estado dividida tantos años ha hecho que se construyan diferentes centros urbanos. Si te preocupa perder mucho tiempo yendo a pie de un lado a otro, pero tampoco quieres montarte en el transporte público, puedes plantearte moverte por Berlín en un bus turístico, un medio de transporte para ir de un punto a otro de manera directa y sin transbordos o largas esperas. Tienes varias opciones:
- Autobús turístico de Berlín, desde $37.
- Autobús turístico City Sightseeing de Berlín, desde $32.
- Autobús turístico Big Bus de Berlín, desde $32.
Además, puedes apostar por una entrada combinada como:
- Autobús turístico con entradas para Dungeon Berlín, desde $58.
- Tour en autobús por Berlín con entradas para el campo de concentración de Sachsenhausen y visita a Potsdam, desde $68.
Si vas a estar tres días en Berlín, seguro que quieres ver muchas cosas. Caminar es una opción, pero para esas distancias más largas, lo mejor es ir en autobús. Lo malo de las líneas de transporte público es que hacen muchas paradas intermedias. Sin embargo, los buses turísticos son mucho más cómodos porque solo se detienen en los lugares emblemáticos, aquellos que están en tu recorrido.