Los 13 mejores cuadros del Museo del Prado
El museo del Prado acoge una de las pinacotecas más completas e importantes del mundo. Descubre cuáles son sus mejores obras entre las miles que forman parte de su colección.
El museo del Prado es la punta de lanza del triángulo del arte formado por los museos del Reina Sofía, el Thyssen y el museo que atañe a este artículo. De entre todas las cosas que ver y hacer en Madrid, visitar este histórico museo debe ser una prioridad para todo el que visite la capital española.
Aunque su colección no es la más extensa, ya que acoge unas 8000 obras de arte de las que solo 1713 están expuestas, el valor histórico y la variedad la convierten en una de las colecciones de pinturas más importantes del mundo. Artistas tan célebres como Goya, Velázquez, Rubens o el Bosco tienen su hogar en el Prado.
Puedes perderte un día entero en sus galerías, pero como eso no es siempre posible, lo mejor es conocer de antemano cuales son sus obras principales y por ello te comparto estas listas con los cuadros imprescindibles que debes ver en el museo del Prado.
1. Saturno devorando a su hijo, de Goya
Empezamos el repaso a las obras más importantes del Prado por uno de sus autores más relevantes, Francisco de Goya, y una de sus obras más impactantes. Saturno devorando a su hijo forma parte de la colección de 14 obras denominadas como pinturas negras por su colores oscuros y su temática sombría.
Unas características que bien presenta este cuadro especialmente sombrío que representa al dios Crono, o Saturno, devorando a uno de sus hijos por temor a que algún día le destronasen.
Un cuadro que asombra por el terror que produce la mirada del dios, el protagonismo y crueldad de la sangre y el contraste de los colores que Goya utilizó.
- Autor: Francisco de Goya.
- Fecha: 1820.
- Localización: Sala 067 del Prado.
2. La maja desnuda, de Goya
Pasamos del terror del cuadro de Saturno devorando a su hijo a la erótica de la maja desnuda de Goya.
El cuadro fue encargado por Manuel Godoy, primer ministro del rey Carlos IV, quien tenía un particular gusto por el arte erótico. Goya fue el elegido, pues en aquella época era el pintor principal entre los nobles y uno de los mejores de Europa.
Goya representó a una joven acostada y desnuda como si fuera una Venus, pero con signos inequívocos de que la modelo era humana. Fue por ello y por ciertos detalles de su desnudez que el cuadro fue considerado como uno de los primeros desnudos íntegros en pintura de una mujer fuera de la mitología.
Godoy también encargó otro cuadro igual, pero con la mujer vestida, de manera que sobreponiendo ambos cuadros simulara un desnudo. La gran incógnita del cuadro es la identidad de la maja, que Goya preservó en el anonimato.
- Autor: Francisco de Goya.
- Fecha: 1795
- Localización: Sala 038 del Prado.
3. Los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid, de Goya
Napoleón dominaba Europa en la época de Goya y, aprovechando su paso por España para conquistar Portugal, decidió invadir el país y coronar a su hermano José Bonaparte como rey de España. El 2 de mayo de 1808 se produce un levantamiento popular de los españoles y el 3 el ejército francés toma represalias fusilando a miles de personas.
Esto es lo que representa Goya en una de sus obras magnas. El cuadro de Los fusilamientos del 3 de mayo es considerada como la primera gran obra contemporánea ya que no tiene precedentes similares y dio paso a estilos como el romanticismo.
El cuadro de los fusilamientos del 3 de mayo sirvió de inspiración a autores como Picasso, quien se basó en esta obra obra para pintar su famoso Guernica.
- Autor: Francisco de Goya
- Fecha: 1814
- Localización: Sala 064 del Prado.
4. Las meninas, de Diego Velázquez
Las Meninas de Velázquez es, seguramente, el cuadro más representativo y famoso del museo del Prado.
Es uno de los lienzos de mayor tamaño, más de 3 metros de ancho y casi 3 de alto, del pintor sevillano y su obra magna. Se han vertido ríos de tinta sobre el cuadro por los misterios que lo rodean y por la originalidad de su composición.
En el cuadro se representan hasta 11 personaje, como las meninas, hijas de Felipe IV y Mariana de Austria y que también aparecen en el cuadro dentro de otro cuadro, e incluso el propio Velázquez. El autor se representa así mismo en primer plano como si del primer selfie de la historia se tratara.
La complejidad de los planos, la manera que tiene de representar las diferentes figuras y un sin fin de detalles más, convierten al cuadro de las Meninas en una obra maestra por la que merece pagar el precio de la entrada al museo del Prado
- Autor: Diego Velázquez.
- Fecha: 1656.
- Localización: Sala 012 del Prado.
5. La Crucifixión, de Juan de Flandes
Considerada como una obra maestra de la pintura hispanoflamenca, la tabla de Crucifixión fue encargada por el obispo Juan Rodríguez de Fonseca a Juan de Flandes, quien la pintó para formar parte del retablo mayor de la catedral de Palencia.
La obra formaba parte del retablo junto a otras 10 pinturas del mismo autor, quien no pudo verlas instaladas en la catedral antes de morir. Pero es la crucifixión la considerada como la mejor pintura de entre esas 10 por la calidad y el detalle de la escena.
- Autor: Juan de Flandes.
- Fecha: 1509.
- Localización: Sala 057 del Prado.
6. Las 3 Gracias, de Rubens
El cuadro de Las 3 Gracias representa a Aglaya, Talia y Eufrósine, las hijas de Zeus, desnudas abrazándose entre ellas y en una escena de aparente sensualidad conforme al canon de belleza del siglo XVII.
La manera tan novedosa de representar a estas tres diosas convirtió a este cuadro de Rubens en una de sus mejores obras, tanto que el rey Felipe IV se lo llevó pese a que el cuadro lo pintó el autor para sus propios aposentos.
- Autor: Peter Paul Rubens.
- Fecha: 1635
- Localización: Sala 029 del Prado.
7. El descendimiento, de Rogier Van der Weyden
La obra maestra de Rogier Van der Weyden es un curioso tríptico con forma rectangular y un saliente en el centro para la cruz, pintada con una maestría sobresaliente para la época. Sorprende los colores y la técnica tan exquisita del autor pese a ser una obra de principios del siglo XV.
Como curiosidad, El descendimiento se encuentra en el Prado porque el rey Felipe II se encaprichó de ella y la mandó traer en barco a España. El barco naufragó pero debido al buen embalaje la obra quedó intacta.
- Autor: Rogier Van der Weyden
- Fecha: 1443
- Localización: Sala 058 del Prado
8. El tríptico del Jardín de las delicias, del Bosco
La obra magna del Bosco, conocida como el Jardín de las Delicias, es un famoso tríptico que representa varias escenas desde la creación hasta el posible destino de la humanidad destino. Con el tríptico cerrado se ve la escena de la creación y una vez abierta la obra se divide en tres partes.
Las dos primeras, la de la izquierda y la parte central, se representa el paraíso y el pecado de Adán y Eva y la escena de la derecha simboliza el infierno al que lleva el pecado.
La profunda iconografía de la pintura, su técnica y colores y la complejidad de la obra la han convertido en una de las principales atracciones del museo del Prado.
- Autor: El Bosco
- Fecha: 1500
- Localización: Sala 056A del Prado
9. La Anunciación, de Fra Angélico
El nombre original de Fra Angélico era Guido di Piero y fue un pintor renacentista ubicado en Florencia. Se ordenó como sacerdote y cambió su nombre y comenzó a pintar, siendo la anunciación una de sus primeras creaciones y de las más polémicas.
La representación de La anunciación de Fra Angélico no era habitual y suscitó mucha polémica en la época. Fue a título póstumo cuando su obra fue reconocida como una visión adelantada a su tiempo y su mejor obra.
- Autor: Guido di Piero
- Fecha: 1426
- Localización: Sala 056B del Prado
10. La Rendición de Breda, de Diego Velázquez
Para entender este cuadro del maestro Velazquez hay que conocer su contexto histórico. A finales del siglo XVI los Países Bajos estaban inmersos en la conocida como guerra de los 80 años en la que querían conseguir la independencia de España. La ciudad de Breda perteneció a los Países Bajos hasta que el rey Felipe IV se decidió a retomarla.
La escena representa el momento en el que, una vez conquistada, los nobles ceden la soberanía a los españoles. El rey Felipe IV quiso inmortalizar el momento por lo que encargó La Rendición de Breda de grandes dimensiones a Velázquez para decorar el Palacio del Buen Retiro.
- Autor: Diego Velázquez
- Fecha: 1635
- Localización: Sala 009A del Prado.
11. Autorretrato de Durero
Durero fue un pintor con una alta estima por sí mismo. Tanto es así que se usó a sí mismo como modelo para representar a Jesucristo. Fruto de ese amor propio se representó con los mejores ropajes de la época y unos colores muy favorecedores. Tanto buscaba la perfección que hasta el paisaje que se observa desde la ventana está inspirado en la bella Italia, mientras que él se encontraba en Alemania.
Al margen del ego del autor, el autorretrato de Durero está pintado con una notable técnica que lo impulsó en su oficio. Un oficio por cierto que no era considerado como propio de nobles y que supone una contradicción en la forma que Durero se pintó a sí mismo.
- Autor: Alberto Durero
- Fecha: 1498
- Localización: Sala 055B
12. El Cardenal, de Rafael
En un principio, el retrato del Cardenal pasó desapercibida hasta que se conoció que su autor era Rafel, uno de los artistas del Renacimiento Italiano más grandes y trascendentes en la historia del arte.
Al margen de la impecable técnica de Rafael, la obra suscitó el interés de muchos por su ambigüedad, ya que el retrato era atribuible a muchos cardenales de la época.
No se conoce a ciencia cierta quién es el cardenal que posó para el artista Italiano, aunque sí que existe una lista con dos o tres nombres probables. La perspectiva del retrato recuerda mucho a la Gioconda de Leonardo Da Vinci, expuesta en el museo del Louvre en París.
- Autor: Rafael
- Fecha: 1511
- Localización: Sala 049 del Prado.
13. El Caballero de la mano en el pecho, del Greco
El Greco es otro de los autores estrella presentes en la colección del Prado. El museo alberga varias obras suyas pero cabe destacar el cuadro del Caballero de la mano en el pecho. La obra representa a un caballero de unos 30 años con las vestiduras típicas del siglo XVI.
De entre todos los retratos que hizo el artista y que se exponen en el Prado, este fue de los primeros en llegar al museo y uno de los más distinguidos, por la inclusión de un elemento como es la espada poco visto en este tipo de retratos.
De esta forma, fue esa espada, junto al solemne gesto del caballero fue lo que impulsó su fama de entre las obras del pintor fallecido en Toledo.
- Autor: El Greco
- Fecha: 1580
- Localización: Sala 009B