Qué ver en El Escorial
Ninguna visita a Madrid está completa si no se realiza una excursión al cercano monasterio de El Escorial. Sus muros esconden innumerables obras de arte, además de siglos de historia del país.
Para visitar la capital española es necesario planificar muy bien lo que se va a hacer cada día. Cuando estés haciéndolo, te aconsejo que no solo incluyas todo lo que ofrece Madrid, sino que también te fijes en algunos lugares cercanos que no pueden dejar de visitarse.
Si hay una excursión desde Madrid que puede catalogarse como imprescindible esa es la que lleva a El Escorial. Hay que tener en cuenta que, aunque normalmente usamos ese nombre para referirnos al monasterio, en la zona existen dos pueblos diferentes. Así, pegados el uno al otro, se encuentran San Lorenzo del Escorial (donde está el monasterio) y El Escorial, en la parte baja. En este artículo os presento todo lo que podéis ver en el monasterio, pero también algún elemento interesante fuera del mismo.
1. Patio de los Reyes
Lo primero que vais a ver cuando entréis por la puerta principal del complejo del monasterio es el patio de los Reyes, desde el que tendréis una estupenda vista de la fachada de la basílica. Desde ese punto empezaréis la visita, ya sea por vuestra cuenta o con alguno de los tours que os enseñan El Escorial.
Lo más llamativo del mismo son las seis estatuas que representan a los reyes de las tribus de Judá, colocadas en este patio por haber participado en la construcción del Templo de Jerusalén.
2. Palacio de los Austrias
Uno de los edificios más importantes dentro del complejo del monasterio es el palacio de los Austrias, llamado también Casa de Felipe II, ya que este rey lo utilizó como residencia ocasional, al igual que el resto de los monarcas de la Casa de Austria.
Su interior, como podrás comprobar, es bastante austero, aunque contiene algunas salas realmente interesantes. Igualmente, no deberías dejar de fijarte en las puertas de marquetería, el cuadro Paisaje con San Cristóbal y el Niño y los retratos de los Austrias.
Sala de las Batallas
La Sala de las Batallas, conocida hasta el siglo XVII como la Galería del Rey, es una de las más impresionantes que puedes ver en el palacio de los Austrias. De hecho, parte de su cometido era impresionar a los visitantes del monarca con unos frescos que representaban grandes triunfos militares españoles.
Estos frescos, realizados a finales del siglo XVI por los genoveses Nicolás Granello, Fabrizio Castello y Lazaro Tavarone, cubren los muros de la sala como si fueran tapices. En ellos pueden verse imágenes de batallas como la de Higueruela (en 1431), la de San Quintín (en 1557 y cuya victoria se quiso homenajear con la construcción del monasterio) o la anexión de Portugal, entre otros.
La Sala de Guardias
Aún dentro del palacio vale la pena asomarse a la Sala de los Guardias. En ella se encuentra la silla-litera que sirvió para llevar a Felipe II desde Madrid a El Escorial antes de morir de gota.
Además, también podréis ver algunos interesantes cuadros de las escuelas flamencas de los siglos XVI y XVII y otros de otras escuelas europeas de la época. Como curiosidad, la ventana de la habitación que ocupaba el rey comunicaba con la basílica para que pudiera escuchar la misa cada día.
3. Palacio Real de los Borbones
En la entrada a El Escorial también se incluye la visita al Palacio Real de los Borbones. Lo primero que vas a notar si has entrado antes al de los Austrias, es el cambio estilístico que trajo consigo el cambio de casa reinante.
Los primeros reyes de la Casa Borbón, de acuerdo a sus orígenes, se decantaron por un estilo más francés en la decoración. Esto se deja notar en las estancias más importantes de esta zona: el Oratorio de la Reina, la Sala del Rey y el Salón de Embajadores.
Por otra parte, en el Palacio Real podrás contemplar muchos tapices, incluidos alguno obra de Francisco de Goya.
4. El Panteón de los Reyes
Una de las pretensiones a la hora de construir el monasterio fue que sirviera de lugar de descanso para los restos mortales de los reyes españoles. El sitio elegido fue este panteón, situado bajo el Altar mayor de la basílica.
En esta gran estancia circular, construida en mármol y con una gran altura, se encuentran los restos de 26 reyes y reinas del país. Los primeros están colocados en el lado derecho del altar, mientras que las segundas eran enterradas en la parte izquierda.
A la hora de ser enterrados aquí, los cuerpos tenían antes que estar varios años en una habitación cercana, denominada el Pudridero.
5. El Panteón de Infantes
No solo los reyes fueron enterrados en este lugar. Algunos infantes también recibieron sepultura en el monasterio, en el llamado Panteón de los Infantes. Fue la reina Isabel II, sobre 1888, quien ordenó construir esta estancia bajo la sacristía.
Las 9 cámaras en las que está dividido el panteón contienen varias esculturas realmente interesantes, así como varios motivos decorativos propios del siglo XIX.
Justo al lado de este panteón se encuentra otro algo más macabro: el de los Párvulos. Aquí recibieron sepulturas los infantes que fallecieron antes de llegar a la pubertad, un total de 60.
6. Las Salas Capitulares
Si has realizado ya una visita al museo del Prado, cuando entres en esta parte del monasterio vas a poder reconocer obras de algunos de los maestros de la pintura universal. Estas salas fueron, en su origen, el lugar donde los monjes se reunían, pero hoy acogen una impresionante pinacoteca con pinturas de El Bosco, Zurbarán, Tiziano o Tintoretto.
Por su esto fuera poco, en la decoración de las 9 salas que componen el área participó Diego de Velázquez.
También vale la pena contemplar la arquitectura de las salas. Sus bóvedas, por ejemplo, están decoradas con preciosos frescos renacentistas, todos de carácter religioso.
7. Patio de los Evangelistas
Otra de las zonas más importantes del complejo es el Patio de los Evangelistas. Desde aquí vas a poder disfrutar de una fantástica perspectiva de las fachadas de las galerías del claustro y de un Templete, llamado de los Evangelistas, que da nombre al patio creado por Juan de Herrera.
El patio, en realidad un jardín, tiene la forma típica de estos espacios interiores en los claustros. Con una planta en cruz, el templete representa la vida espiritual y el jardín del Edén, con los cuatro ríos que riegan cada zona del mundo.
En torno al patio se pueden recorrer las galerías del Claustro principal. En ellas podrás contemplar nada menos que cincuenta y cuatro pinturas al fresco que narran la historia de la Redención. Si sigues el orden (a partir de la Puerta de las Procesiones, que conduce desde el claustro a la iglesia) verás desde el nacimiento de la Virgen hasta el Juicio Final.
8. Escalera Central
Aunque pueda parecer extraño, ninguna visita al monasterio de El Escorial puede saltarse contemplar esta escalera situada en el centro de la galería oeste del claustro.
El motivo no es otro que su fabulosa arquitectura, a la que se une un bóveda pintada al fresco por Luca Giordano en 1692, cuyo título es bien explícito: La Gloria de la monarquía española.
El techo sobre la escalera alberga también otros frescos, estos con motivos variados y de fechas diferentes. Algunos de ellos representan hechos religiosos, como la vida de Jesucristo, mientras que otros están dedicados a acontecimientos como la batalla de San Quintín o la construcción del mismo monasterio.
9. La Basílica
Como no podía ser menos en una época marcada por la importancia de la religión católica, la basílica del monasterio es una de las partes más importantes del conjunto. Su construcción comenzó en 1575, pero no fue consagrada hasta 1586.
Para llegar a ella tendrás que atravesar el patio de los Reyes, decorado con seis estatuas de los reyes de Judá que participaron en la construcción del templo de Salomón.
Ya en la basílica, como os explicará vuestro guía si habéis decidido contar con uno, os daréis cuenta de que, en realidad, coexisten dos iglesias diferentes en su interior: la de Sotocorro, destinada a las ceremonias a las que asistía el pueblo, y la Capilla Real e iglesia conventual.
La altura de la basílica alcanza los 95 metros en su parte más elevada. Como sucede en gran parte del complejo, la arquitectura es bastante sobria y, en este caso, la decoración es muy escasa. Solo destaca en este aspecto la escultura de Jesucristo Crucificado, obra de Cellini, situada en una de las capillas.
10. La Biblioteca
Los que sean amantes de los libros se van a quedar impresionados cuando entren en esta gran biblioteca, tanto por los ejemplares que alberga como por los estupendos frescos de su bóveda.
Según se dice, Felipe II era un gran coleccionista de libros y reliquias. En 1612, un edicto suyo ordenaba que su biblioteca de El Escorial debía tener un ejemplar de cada libro que se publicara, lo que da idea de cómo debió ser su colección.
Hoy en día, la biblioteca alberga unos 40.000 ejemplares, entre los que se encuentran algunas joyas como las Cántigas de Alfonso X El Sabio.
Por otra parte, también merecen una mirada las estanterías, diseñadas por Juan de Herrera con madera de roble, caoba y cedro.
11. Jardín de los Frailes
Ya fuera del monasterio se encuentra el Jardín de los Frailes, una zona realmente tranquila y muy bien cuidada. Si tienes tiempo, te recomiendo que des un paseo por sus caminos y te asomes para contemplar la cara oeste del conjunto monumental.
En la zona este del monumento hay otros jardines parecidos al de los frailes. Si os asomáis, veréis que estos estaban separados con muros con hornacinas, ya que estaban destinados solo al disfrute de la realeza.
12. La Silla de Felipe II
Si entre todas la maneras de llegar a El Escorial desde Madrid habéis elegido el coche propio, os será muy sencillo llegar a la Silla de Felipe II. Si no, podéis dar un paseo de dos kilómetros y medio desde el pueblo para asomaros.
Según cuenta la leyenda, el propio monarca acudía a este mirador para observar cómo marchaban las obras del monasterio. En la actualidad, se trata posiblemente de uno de los mejores lugares desde donde disfrutar de toda la grandiosidad del monumento.
La Silla de Felipe II está compuesta por varias plataformas con formas de escalones y con asientos tallados en granito, donde te puedes sentar para contemplar las vistas.
Además de las impresionantes vistas, la ruta hasta llegar a la Silla es realmente estupenda, hasta el punto de que se ha convertido en una de las más recorridas por los aficionados al senderismo que llegan desde la capital.
Los que vayan en coche pueden dejarlo en un parking situado en el Bosque de la Herrería, una zona repleta de robles y castaños. Desde allí, el camino hasta la Silla de Felipe II es realmente bonito.
13 Casita del Príncipe
Otra visita, solo con guía, que puede realizarse en la zona es la Casita del Príncipe. Ubicada en un palacio del siglo XVIII ( a 10 minutos andando del monasterio) era utilizada por los reyes como casa de campo.
Mi consejo es que, al menos, des una vuelta por sus jardines, ya que albergan un estanque, cascadas y ofrecen unas vistas estupendas al monasterio. Además, entrar en ellos es gratuito.
14. Teatro Real Coliseo de Carlos III
Es muy posible que quieras quedarte a comer en el pueblo después de ver el monasterio (aquí te dejo algunos de los mejores restaurantes de El Escorial). Ya que estás aquí, no debes dejar de dar una vuelta por la bella calle Floridablanca, en la que vas a poder ver algunos edificios interesantes.
Quizás el que más vale la pena sea el Teatro Real Coliseo de Carlos III. Fue este monarca el que ordenó levantar el teatro para que los Reales Sitios contaran con espacios destinados a las representaciones teatrales.
El edificio es el único teatro en el país que conserva el estilo propio del siglo XVIII, además de ser uno de los más antiguos de toda España. Si estás interesado en su historia, en su interior se encuentra un museo que muestra los más de dos siglos y medio de historia que acapara.