10 cosas que ver y hacer en Savannah con niños

Savannah es un gran destino para viajar en familia. Esta ciudad de encanto sureño y rodeada de misterios ofrece todo lo necesario para pasar unos días inolvidables. Tiene un gran río navegable, museos superdivertidos, parques donde jugar libremente y un entorno natural de lo más interesante.

Esa es parte de la magia de esta ciudad, que los más pequeños pueden ser protagonistas de aventuras increíbles. Al fin y al cabo, no en todos los sitios uno puede convertirse en grumete, en maquinista, en soldado o en cazafantasmas. Hay muchas cosas divertidas que ver y hacer en Savannah, pero los planes que te voy a contar son perfectos para pasar grandes momentos en familia. ¿Te apuntas?

Navegar es una experiencia que emociona a los más pequeños. Y hacerlo a bordo de la réplica de un viejo barco de vapor es aún más divertido. Es uno de los planes en Savannah que te recomiendo si viajas con niños. Se sienten como los protagonistas de una película.

Sus enormes ruedas de paletas para deslizarse por el agua, sus coloridas cubiertas o su decoración de otra época: todo sorprende a los pequeños grumetes. Y durante los paseos en barco por Savannah no solo descubren cómo se viajaba en el pasado, también imaginan sus propias aventuras.

Lo mejor es que no todo es diversión, también aprendizaje. Contemplar desde el río el paseo fluvial, antiguas casonas coloniales o viejos baluartes defensivos es otra forma de conocer la historia de la ciudad. Además, puedes elegir entre diferentes modalidades de crucero: durante el día, al atardecer o incluso paseos en barco con cena.

Un último apunte interesante: el río Savannah es navegable durante muchos kilómetros y los barcos fluviales tuvieron un papel muy importante en el desarrollo de la ciudad. De hecho, aquí se encuentra uno de los mayores puertos del sur de los Estados Unidos.

Te propongo ahora otro recorrido en barco, pero muy diferente. ¿A dónde lleva el viaje? A Tybee Island, un pequeño paraíso situado a un paso de la ciudad sureña. Merece la pena por sus paisajes y porque es un auténtico santuario natural. Si tienes que organizar planes para una visita de varios días a Savannah, esta excursión es perfecta.

En Tybee Island es muy fácil ver jugar a los delfines nariz de botella durante el paseo en barco, algo que a los niños les encanta. Pero no solo podrás admirar a estos simpáticos mamíferos marinos en su hábitat natural. Tybee Island es también un santuario de aves y cuenta con un estanque donde viven decenas de caimanes.

Además del paseo en barco, te aconsejo visitar el Centro de Ciencia Marina de Tybee Island y, si tienes tiempo, el Centro de la Tortuga Marina de Georgia. Son espacios dedicados a la divulgación y protección de la fauna donde los niños no solo disfrutan, sino que aprenden muchísimo.

¿Están cansados? Entonces, nada como un ratito de relax en la playa y, si el tiempo lo permite, incluso un baño. Tybee Island tiene playas kilométricas, ideales para tumbarse al sol, jugar en la arena o practicar deportes acuáticos. ¡Un plan de lo más completo para disfrutar con niños!

¿Sabías que Savannah tiene fama de ser una ciudad embrujada? Aquí hay decenas de cementerios y de edificios encantados. La ciudad fue escenario de batallas, de crímenes, de epidemias y de sucesos terribles. Por ello dicen que está encantada, que está poblada de espíritus y que ocurren muchos sucesos paranormales.

Si pensabas que los recorridos para descubrir la cara oscura de Savannah no son actividades para realizar en familia, tal vez te equivocas. A los más pequeños también les encantan las historias de fantasmas. Evitando los sucesos más espeluznantes, también lo pasan a lo grande conociendo la historia de edificios embrujados como la casa de Mercer Williams, la de Andrew Low o la de Willink.

Incluso puedes convertirte en cazafantasmas y recorrer Savannah buscando seres fantasmagóricos. Tal vez no llegues a encontrar ninguno, pero habrás conocido la ciudad de una forma súper divertida. Y, además, los niños se llevarán mil historias y anécdotas para contar después a sus amigos.

Hacer un recorrido a pie por Savannah para tomar contacto con la ciudad es una buena idea. Pero si viajas con niños, es fácil que se cansen y pierdan el interés enseguida. ¿Cómo evitarlo? Buscando formas de moverse por la ciudad que para ellos sean divertidas.

Si la visita es con niños muy pequeños, te aconsejo el trolebús o el tranvía . A bordo de un coche de aires vintage pasarás por las plazas más bonitas de la ciudad, verás alguna que otra casa embrujada y podrás descubrir lugares de película en Savannah, como algunos de los escenarios de la inolvidable Forrest Gump. A su vez, este medio de transporte es, además de divertido, una alternativa ideal para días lluviosos.

Si los niños tienen una cierta edad hay otras opciones. Una de ellas es recorrer Savannah en bicicleta o, aún mejor, dar un paseo en segway por Savannah. Con cualquiera de estos medios puedes recorrer el distrito histórico y descubrir lugares como el Forsyth Park o el paseo marítimo.

Si hay un lugar perfecto para visitar en Savannah con los más pequeños, ese es el Museo de los Niños. Este es un espacio diseñado para que puedan desarrollar libremente su creatividad y aprendan de una forma lúdica. ¿Cómo? A través de un sinfín de actividades de todo tipo, desde un divertido laberinto a un jardín sensorial, juegos musicales o un rincón de lectura.

Es un plan maravilloso para disfrutar de una mañana o una tarde diferentes, incluso con niños muy pequeños. Además, el museo está en el centro de la ciudad, en el antiguo taller de carpintería ferroviaria, de modo que es muy sencillo llegar a él.

Ahora te explico un aspecto importante que debes tener cuenta: todo el recinto del museo está al aire libre. ¿Qué significa? Que puedes incluirlo sin problemas en tus planes para disfrutar de Savannah en primavera y otoño. Pero en verano conviene que evites las horas de más calor y, en invierno, siempre será buena idea aprovechar los días más cálidos.

Savannah siempre ha sido un punto estratégico en el país. Por ello, hubo una época en la que aquí se construyeron muchas fortificaciones que aún se conservan. Hoy son una lección de historia en vivo que los niños disfrutan mucho, ya que en esos fuertes pueden convertirse en soldados o incluso ver cómo se disparan cañones de verdad.

Old Fort Jackson es tal vez el más conocido. En este antiguo recinto militar se realizan infinidad de actividades interactivas para que los más pequeños aprendan y disfruten a la vez. En este lugar se explica cómo era la vida militar y cómo se preparaban las batallas. Pero si hay algo que de verdad les emociona son las demostraciones de disparo de cañones.

Hay otros fuertes interesantes para visitar en familia. Por ejemplo, Fort Pulaski es un fantástico ejemplo de arquitectura militar. Pero tiene algo más: está rodeado de un espacio natural fantástico para pasar un día relajado o hacer un picnic.

También te recomiendo Fort McAllister, convertido en un idílico parque estatal. Aquí los niños pueden contemplar antiguos cañones e instalaciones militares. Pero también disfrutar de áreas de juego y de una red de senderos de baja dificultad perfectos para hacer en familia. No solo eso, en el parque se permite acampar, hacer un picnic entre robles centenarios y hasta pescar.

¿Qué te parece hacer un viaje nostálgico en una vieja máquina de vapor? El Museo del Ferrocarril ocupa una parte del que fuera uno de los complejos ferroviarios más grandes del país. En él se exhiben viejas locomotoras que funcionaban con carbón o con diésel, vagones históricos y un sinfín de herramientas y utensilios relacionados con la historia del ferrocarril.

Sin importar la edad, subirse a una de esas locomotoras, conocer cómo funcionaban y ver cómo evolucionaron en el tiempo es una experiencia inolvidable. El museo, además, cuida especialmente la parte didáctica y para ello ofrece exhibiciones interactivas y demostraciones que hacen las delicias de los más pequeños.

Si quieres completar el plan, una sugerencia: visitar el Museo de Historia de Savannah. Está a un paso, en el mismo recinto, y es súper interesante. Por cierto, el Museo de los Niños también está en este complejo ferroviario. Así que puedes organizar un plan perfecto para pasar en familia visitando los tres museos.

Forsyth Park es el parque público más extenso y uno de los lugares emblemáticos de Savannah. Y es perfecto para ir con niños. Aquí pueden correr a sus anchas mientras tú te relajas en un espacio donde reina la tranquilidad. Además, el parque cuenta con zonas de juegos adaptadas a niños de diferentes edades y áreas deportivas para jugar al tenis o al baloncesto.

Y todavía hay más. Cada sábado se celebra un evento singular: el Forsyth Park Farmers. Es un mercadillo donde los granjeros de la zona ofrecen sus mejores productos, desde frutas y verduras a miel, mermeladas y quesos. Es ideal para ver, para oler y, por supuesto, para saborear.

Una última recomendación: no dejes de visitar el jardín fragante, uno de los rincones más especiales de Forsyth Park. ¿Qué es? Una zona con plantas aromáticas diseñadas para que las personas que no pueden ver también disfruten del parque.

A poco más de 20 minutos de Savannah, en Skidaway, se encuentra un lugar ideal para pasarlo a lo grande con los niños sin importar si hace calor, llueve o hace un sol de justicia. El Centro de Educación Marina y Acuario de la UGA tiene 16 enormes tanques de agua salada. En ellos vivien infinidad de ejemplares de especies que habitan en la costa de Savannah y que hacen las delicias de los más pequeños.

Pero el Centro de Educación Marina ofrece otras experiencias interesantes para los niños, más allá de visitar el acuario. Aquí se puede pasar pasar un día lleno de actividades relacionadas con la vida salvaje. Todas muy didácticas y, sobre todo, ¡divertidas!

Si tienes tiempo, mi consejo es recorrer alguno de sus senderos o el paseo marítimo para aprender más sobre la flora y la fauna de la zona. Además, hay varias plataformas de observación para contemplar las fantásticas aves que tienen su hogar en las marismas del río Savannah.

Hay otro lugar que te recomiendo visitar con niños y que está relacionado con la fauna. En el Centro de Vida Silvestre de Oatland Island viven animales de 40 especies diferentes, entre ellos, pumas, lobos, bisontes, serpientes o caimanes.

Se pueden contemplar en espacios que recrean sus hábitats naturales, siguiendo un pequeño recorrido a través de un bosque. Es un paseo tranquilo y bien acondicionado que se realiza sin problemas incluso con los más pequeños. ¿Llueve? hay alternativa: recorrer un sendero virtual y vivir una experiencia inmersiva que es casi, casi, como la que se vive al aire libre.

Ahora te cuento una pequeña curiosidad. Estos terrenos fueron en su día una de las muchas plantaciones de algodón de Georgia. A principios del siglo XX se transformó en lugar de retiro para conductores ferroviarios y, más tarde, en hospital y centro de investigación. Si desde 1973 es un centro de educación ambiental es gracias al empeño de un profesor local. Una historia, sin duda, muy particular.

Savannah es una ciudad en la que puedes organizar mil actividades con los más pequeños y pasarlo a lo grande. Te doy algunas otras ideas para disfrutar a tope de esa visita en familia. ¡Toma nota!

• Si el calor aprieta y necesitas refrescarte, busca Ellis Square. Es uno de los rincones más animados de la ciudad. Pero si te lo recomiendo no es por ese motivo, sino porque tiene una fuente en la que los chorros salen del suelo. A los más pequeños les encanta mojarse en ella. Además, está en el corazón de la ciudad, cerca del Ayuntamiento y del río.

• A quién no le gusta un buen helado, ¡sobre todo a los niños! Si hace calor y quieres darles ese capricho, llévalos a Leopold’s Ice Cream. Está considerada como una de las mejores heladerías del mundo. ¡Les encantará!

• Lleva algo de comer siempre contigo. En Savannah hay infinidad de lugares para descansar y hacer picnic. ¿Necesitas ideas? Forsyth Park, Whitefield Park, Reynolds Square o Chippewa Square. Esta última es la plaza donde se sentaba Forrest Gump en la película. Pero no busques el banco, ya no está allí, sino en el Museo de Historia de Savannah.

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Savannah es una ciudad cálida y acogedora. En ella encontrarás todo lo que necesitas para pasar ratos muy agradables. Pero si viajas con niños, ten en cuenta estos consejos que te ofrezco:

• La ciudad disfruta de un clima subtropical. Aquí los inviernos son suaves, lo que significa que puedes visitar Savannah en Navidad para que los niños disfruten del ambiente de la ciudad en esas fechas. Pero si lo haces en verano, recuerda que la humedad puede ser agobiante. Junio, julio y agosto son los meses más lluviosos. ¡No lo olvides!

• El centro histórico no es muy grande, así que puedes recorrerlo a pie con niños sin grandes dificultades. Si se cansan, siempre puedes subir a uno de los trolebuses turísticos, pero hay otra opción: el Dot. Es un bus que hace dos rutas diferentes y tiene paradas alrededor del distrito histórico. ¿Lo mejor? ¡Que es gratis!

• En los museos de Savannah y lugares históricos de la ciudad, los menores de dos años no suelen pagar. Niños entre dos y doce años tienen descuentos de alrededor de un 30 %.

• Para ahorrar, mi consejo es que compres un ticket combinado de la CSH. Por unos 21 $, da derecho a entrar en tres de los museos que gestiona la Coastal Heritage Society. Entre ellos están el de los Niños, el de Historia de Savannah, el del Ferrocarril y Old Fort Jackson.