Qué ver y hacer en Milán en 4 días

A pesar de no ser la capital de Italia, Milán está lleno de cosas que ver y hacer a cada paso que das. Considerada por muchos la ciudad de la moda, esta emblemática ciudad cuenta no solo con las mejores galerías, sino con multitud de museos y edificios que dan muestra de la historia del país.

Si estás pensando en venir cuatro días a Milán y no sabes muy bien por dónde empezar para poder llegar a verlo todo, no te preocupes, te he preparado un plan detallado para que puedas optimizar al máximo tus días. Visita el Duomo, observa la Última Cena, ten una velada en los canales y haz una excursión a uno de los pueblos más bonitos de Italia. ¿Suena bien, no? ¡Pues empezamos!

Acabas de llegar a Milán y, para este primer día, te propongo tener una toma de contacto del lugar yendo directamente a conocer los grandes imprescindibles de la ciudad. Te encuentras en una de las ciudades con más historia de todo el país y pronto te darás cuenta de que, simplemente paseando por el centro, encontrarás un monumento, plaza o museo de gran importancia.

Espero que vengas con las pilas cargadas porque comenzarás el día recorriendo el Palacio Real y subiendo al gran Duomo, comerás uno de los platos más típicos de Milán y terminarás el día en la famosa galería de Vittorio Emmanuele y descubriendo el interior del Teatro Scala.

Conoce el interior del Palacio Real

Espero que te hayas levantado temprano para poder aprovechar al máximo el día. Lo más probable es que hayas optado por quedarte en algún alojamiento cerca del centro pero, por si acaso, tu primera parada será en el metro Duomo, uno de los puntos más concurridos de la ciudad.

Lo primero que verás será el imponente Duomo que le da el nombre a la estación pero, antes de entrar de lleno en esta maravilla, te invito a empezar el día entrando en el Palacio Real, el edificio que está justo a la derecha del Duomo desde el metro.

Se trata de uno de los edificios más importantes de todo Milán ya que durante siglos fue residencia de los grandes poderes que rigieron y gobernaron la ciudad. En la actualidad es un espléndido centro cultural que puedes visitar por unos 10€ desde las nueve y media de la mañana, de martes a domingo. Podrás recorrer algunas de las estancias, pasear por sus patios y ver las exposiciones temporales que hay.

Maravíllate con el Duomo de Milán

A la salida del Palacio Real, seguro que ya te habrás imaginado cuál será la siguiente parada ¿verdad? Tienes ante tí el imponente Duomo de Milán, uno de sus grandes emblemas. Forrada con mármol rosado en su exterior y con un claro estilo gótico del siglo XIV, esta imponente Catedral es el lugar más visitado de toda la ciudad y no te lo puedes perder.

Como sospecharás a estas alturas, este suele ser un lugar bastante concurrido y por eso te recomiendo que reserves con antelación tus entradas para el Duomo para evitar colas innecesarias. Además, aunque ya solo por fuera sea increíble de ver y fotografiar, el interior del Duomo te dejará con la boca abierta por sus altas cúspides y su decoración gótica.

La entrada al Duomo y el pase a su museo cuesta tan solo 2€ pero te recomiendo encarecidamente que te compres la entrada para subir a la terraza de la Catedral, la cual tiene una de las vistas más espectaculares de Milán, además de poder ver toda la estructura del edificio desde arriba. Puedes optar por pagar unos 15€ yendo en ascensor o unos 5€ si prefieres las escaleras.

Prueba los famosos Panzerottis

Milán es una ciudad para ver tranquilamente y sin prisas. Es por eso que seguro que después de toda la mañana entre galerías reales y arquitecturas góticas te habrá entrado un poco de hambre.

Ya tendrás tiempo más adelante de sentarte a comer un suculento plato de pasta con cuchillo y tenedor pero, para poder sacar el mayor partido a este primer día, te propongo que vayas a uno de los sitios más demandados por los milaneses; el Luini.

En este lugar venden una variedad de pizza que es famosa en toda la ciudad; los Panzerotti. Se trata de una masa de pizza frita rellena de los ingredientes más típicos como salsa de tomate, mozzarella, aceitunas o albahaca. En este lugar los venden de para todos los gustos y tamaños y, por menos de 5€ puedes comer como un auténtico italiano.

Recorre la Galería Vittorio Emanuele II

Después de comer y de haber dado un paseo por todos los alrededores del Duomo, te propongo un plan perfecto de media tarde que está a tan solo 5 minutos andando desde donde te encuentras.

Se trata de la Galería de Vittorio Emanuele II, un lugar famoso en toda la ciudad no solo por tener algunas de las tiendas más exclusivas, sino por su infraestructura.

Esta galería en forma de cruz cuenta con unas enormes vidrieras que le dan luz suspendidas en altas columnas que convierten el espacio en un área diáfana y muy agradable de pasear. Además, en el suelo se encuentran grandes mosaicos como el del Toro, el cual dicen que, si le pisas los testículos y das tres vueltas sin mirar, significa que volverás a la ciudad.

Seguro que volverás algún día a reconocer este fantástico lugar pero, por mientras, puedes aprovechar de ver algunos de los escaparates más exclusivos de Italia y, si tu bolsillo te lo permite, llevarte algún detallito de recuerdo.

Visita el Teatro Scala

Ya se va acabando este primer día y para ponerle el broche de oro te propongo seguir caminando unos pasos hacia el norte y encontrarte con uno de sus grandes edificios culturales; el Teatro Scala. Que no te engañe por fuera su sobria fachada, este lugar ha sido una de las cunas de la Ópera de todo el país. Aquí se han estrenado obras de la talla de Madamme Butterfly o Nabucco.

Te recomiendo encarecidamente ir ya que, aunque no puedas asistir a uno de sus conciertos, siempre tienes la opción de hacer una visita guiada por dentro por un precio aproximado de 20€.

De este modo, podrás conocer todo el mundo detrás de bambalinas, ver las butacas rojas desde el escenario y conocer el museo con el atrezzo y decorados.

El último pase del día es a las 17:30, hora perfecta para que, al salir, puedas quedarte a cenar algo por la zona de la Piazza Mercanti.

El día de ayer fue bastante intenso, ¿verdad? Pero seguro que ya te pudiste hacer un poco a la idea de la ciudad en la que estás. Milán tiene un extenso patrimonio arquitectónico y cultural que puedes recorrer fácilmente a pie ya que la mayoría de atractivos se encuentran cercanos.

Para esta segunda jornada, visitarás uno de sus grandes edificios, el Castillo de Sforzesco, el cual te llevará buena parte de la mañana. Podrás observar en directo la Última Cena de Da Vinci y, por si fuera poco, para cuando anochezca te tengo preparado un auténtico aperitivo italiano en sus románticos canales de Naviglio Pavese.

Pasa la mañana en el Castillo de Sforzesco

Después de haber descansado y tomado un buen desayuno, te dirigirás para comenzar esta segunda jornada a la estación de metro de Cairoli, desde donde podrás llegar a la gran atracción de interés del día: visitar el Castillo de Sforzesco.

Este lugar tiene una enorme carga histórica ya que fue durante mucho tiempo el Palacio Ducal hasta que después de la Revolución Ambrosiana pasó de unas manos a otras. En la actualidad, y a pesar de todas las modificaciones que ha sufrido, tiene un enorme peso patrimonial y ya solo recorrer su patio y sus jardines merece la pena, además de ser gratuito.

Sin embargo, el verdadero atractivo está en su interior ya que toda la enorme extensión del Castillo se ha aprovechado para dar cabida a algunos de los mejores museos de la ciudad.

Por una entrada única que cuesta en torno a 10€ tendrás acceso al interior del Castillo de Sforzesco y todos sus museos como el de Arte Antiguo, el de Egipto, el de Instrumentos Musicales o el de Prehistoria. Todo un chute de historia y patrimonio de buena mañana.

Contempla La Última Cena de Da Vinci

La visita al Castillo, entre sus museos y el paseo por el exterior, seguro que te ha llevado casi toda la mañana. Sin embargo, antes de comer algo te tengo reservado uno de los grandes hitos de las visitas a Milán.

A tan solo 10 minutos caminando por Corso Magenta, encontrarás el convento de Santa Maria delle Grazie, un lugar aparentemente sencillo por fuera pero que esconde un tesoro que no puedes perderte: visitar la “Última Cena” de Leonardo Da Vinci.

Para poder acceder a ver esta mítica pintura realizada directamente sobre el yeso, es necesario reservar las entradas con antelación por aproximadamente 10€. Italia cuida muy bien todo su legado cultural y para preservar esta maravilla, las visitas no pueden durar más de 15 minutos, pero te aseguro que estarán muy bien invertidos. Además, si vas justo al mediodía, habrá mucha menos gente que en otros tramos y podrás disfrutar de la obra casi en exclusiva.

Visita la Basílica de San Ambrosio

A la salida del convento puedes parar a comer algo en alguna de las pizzerías cercanas como Assaje, a solo 3 minutos caminando y, después de llenar el estómago y reponer energías, te dirigirás en un breve paseo de menos de 10 minutos a otro de los grandes emblemas arquitectónicos de Milán, la Basílica de San Ambrogio.

Este lugar es uno de los mejor conservados de toda la ciudad y su arquitectura tiene una gran relevancia dentro de la estética de Milán. La Basílica fue construida con estilo románico allá por el año 387 y posteriormente reconstruida en el siglo XI.

Cuenta con dos torres de diferente altura y un gran atrio que serviría de inspiración para todas las construcciones góticas posteriores. La entrada es gratuita y, además, en su interior puedes acceder al Sarcófago de Stilicho y la cripta.

Descubre las ruinas de la Columna de San Lorenzo

Continuando con restos históricos y mientras haces hambre para la cena, te propongo seguir con el paseo bajando por la Avenida de Edmundo de Amici hasta llegar a las columnas de San Lorenzo.

Este lugar es uno de los yacimientos que podemos encontrar simplemente caminando por Milán y consta de un total de 16 columnas ubicadas en lo que antiguamente eran las termas y el anfiteatro romano.

De fondo, puedes entrar a la Basílica de San Lorenzo Maggiore, la iglesia más antigua de todo Milán. Puedes entrar si tienes tiempo, su acceso es gratuito pero, simplemente pasear mientras anochece por la ciudad ya merece la pena.

Cena en Naviglio Pavese

Para poner fin a este día tan intenso, te tengo preparado un plan perfecto para hacer por la noche en Milán y a solo unos pasos desde donde estás. Una de las zonas más transcurridas por la noche y con mayor ambiente para poder tomarte una copa o cena algo es el barrio de Naviglio Pavese, donde están los canales de Milán.

No se me ocurre mejor plan que llegar a alguno de sus locales más populares como el Manhattan y sentarte al borde del canal para tomarte un típico aperitivo italiano, el cual consiste en un buffet libre con el que podrás cenar y probar los mejores platos italianos en una zona con encanto ideal para una cita o velada.

En estos dos días que llevas por Milán, ya habrás podido disfrutar de todos los grandes emblemas de la ciudad y de sus grandes monumentos.

Es por eso que, ya que aún te queda tiempo por seguir descubriendo los rincones de la ciudad, este tercer día te propongo que lo emplees para conocer en profundidad toda la oferta de museos y galerías que tiene la ciudad del arte.

Comenzarás yendo a un auténtico museo al aire libre, el Cementerio Monumental, y, desde allí, podrás ir caminando a todos los demás lugares como la Galería de Arte Moderno o la Pinacoteca de Brera. Para despedir esta tercera jornada, nada mejor como una cena de cinco estrellas en este bonito y céntrico barrio.

Recorre el Cementerio Monumental

No se tú, pero cuando voy de turismo a una gran ciudad me encanta ver cómo son sus cementerios y, en el caso de Milán, te aseguro que te dejará sin palabras. Lejos de ser un lugar tétrico y desolado, el Cementerio Monumental de Milán es un verdadero museo al aire libre.

Para llegar debes dirigirte a la parada de metro de Monumentale. Por cierto, te recomiendo que adquieras la tarjeta de transporte público de Milán, que te servirá para viajar en metro, en tranvía y en autobús. Desde aquí, de forma gratuita, puedes entrar y recorrer todo el entramado del cementerio.

En su interior podrás ver autentica obras de arte como obeliscos, panteones griegos, grabados y todo tipo de mausoleos históricos, como los que hay en el “paseo de la fama” nada más entrar.

Vive el contraste de la Piazza Gae Aulenti y almuerza en Porta Nova

Recorrer el cementerio te habrá llevado buena parte de la mañana. Es por eso que, para cuando se acerque la hora de comer, quiero ofrecerte un contraste y llevarte a una de las zonas más nuevas de Milán: la Piazza Gae Aulenti, construida en 2012.

Alrededor de esta plaza se ha construido todo un complejo urbanístico muy nuevo y moderno, con edificios como el Bosque Vertical, con hasta 2.000 especies de plantas en su fachada. Recorrer esta zona es interesante para poder descubrir los contrastes que existen entre el Milán más histórico y su herencia más moderna y de última tendencia.

A través de este barrio podrás llegar a la zona de Porta Nova, donde verás varios restaurantes agradables para parar a comer algo y recargar energías, como la Pizzería Carlsbergol.

Visita la Galería Arte Moderno y los Jardines Indro Montanelli

Para después de comer, mientras se baja la comida, puedes dar un paseo de poco más de 5 minutos hasta llegar a tu siguiente parada, el GAM, especializado en arte moderno. Pero antes, puedes dar un paseo por los Jardines Indro Montanelli, contiguos a la Galería y que son ideales si vienes con niños a Milán para que tengan un espacio donde jugar.

La entrada al Gam cuesta en torno a 10€ y es un plan ideal para seguir con los contrastes de Milán. Después de llevar dos días viendo todo el pasado histórico de la ciudad, en esta Galería podrás ver las muestras más exclusivas del arte moderno no sólo italiano, sino internacional con cuadros de Van Gogh, Picasso o Cezanne.

Disfruta de las exposiciones de la Pinacoteca de Brera

A la salida del Gam y para finalizar con este recorrido de los museos de Milán, te recomiendo cerrar el día con la Pinacoteca, una de las joyas de la ciudad que tiene algunas de las mejores muestras pictóricas de toda Italia. Visitar la Pinacoteca de Brera es una de las paradas imprescindibles de Milán.

Si te gusta el arte clásico seguro que este lugar te fascinará ya que se considera el primer museo de todo Milán y en su interior hay obras de la talla de Bellini, Tintoretto o Caravaggio.

Las entradas las puedes reservar con antelación si quieres evitar colas y cuestan en torno a 15€, con opción de añadir por unos euros más una audioguía que te guíe por los cuadros más relevantes.

Deleitate con una cena en el centro

Ha sido un día bien cargadito, ¿verdad? No te preocupes que ya ha llegado la hora de descansar. A la salida de la pinacoteca estarás en pleno centro de Milán y podrás ver de noche aquellas zonas que recorriste de día el primer día, con el encanto extra que conlleva.

Es un ambiente ideal para poder darte un homenaje y cerrar el día en una buena trattoria italiana cenando algún plato delicioso. Algunos de los restaurantes más reputados de esta zona son, por ejemplo, el Rosso Brera, con una deliciosa carta tradicional.

Estos tres días de visita por la ciudad seguro que han sido intensos y provechosos. Es por eso que, ya que cuentas con un día más de vacaciones, no se me ocurre un plan más entretenido que hacer alguna de las mejores excursiones que hay desde Milán.

De entre todas ellas, sin duda, una de las más recomendables es la que te lleva al Lago de Como, una zona cercana a Milán con algunos de los pueblos más bonitos de todo el país.

Ya sea por que te decides a contratar una excursión organizada o por que quieras hacerlo por tu cuenta, te recomiendo comenzar la excursión por la ciudad de Como y, tras recorrer sus callejuelas, tomar un crucero por su lago. Para después de comer, no te puedes perder la visita de dos de sus pueblos más emblemáticos; Bellagio y Varena.

Llegada a la ciudad Medieval de Como

La antigua ciudad de Como se encuentra a tan solo una hora y media de Milán y se puede llegar en autobús por tu cuenta con un precio aproximado de 5€ o directamente con una de las excursiones que hay desde Milán hasta el Lago de Como. Esta ciudad medieval se formó en torno al lago con su nombre, de origen glaciar.

El entorno está lleno de vegetación y han sido los edificios los que han tenido que adaptarse al terreno. Lo ideal es que te tomes un tiempo para recorrerlo, comprar algún souvenir y disfrutar de un ambiente más rural después de todo el caos de Milán.

Crucero de una hora por el lago

Cuando ya hayas recorrido el pueblo de Como, no te puedes ir de aquí sin antes disfrutar de alguno de los mejores paseos en barco que hay por el lago Como.

Si contratas una excursión organizada, la mayoría tiene incluidos un paseo de una hora por el lago desde donde podrás ver algunos de los pueblos aledaños. Sino, siempre podrás contratar tú directamente un paseo en el muelle del pueblo.

Comida en el pueblo

Antes de poner rumbo a los otros pueblos de la zona del lago, lo mejor es que aproveches de comer algo en alguno de los locales que hay por Como. Si vienes con visita guiada, algunas incluyen un almuerzo.

Pero, ante la duda, siempre tendrás la opción de tomarte una o dos horitas para poder comer algo en locales como Hosterietta, que cuenta con una deliciosa carta y una terraza desde donde disfrutar del pintoresco pueblo.

Visita a Bellagio

Desde Como, la siguiente parada que te propongo es Bellagio, otro de los pueblos más bonitos que hace orilla con el lago. Si te preguntas cómo ir a Bellagio, dejame decirte que, si vas por libre, tienes dos caminos; uno de interior y otro un poquito más largo que va por toda la orilla del río. Sin embargo, lo que suelen hacer la mayoría de excursiones es llevarte directamente en barco.

Esta segunda opción es una de las más atractivas para poder disfrutar de toda la experiencia y te llevará en menos de una hora a Bellagio. Aquí podrás recorrer la pequeña villa, disfrutar de su ambiente verde y tener una vista panorámica increíble de toda la zona del lago.

Termina el día en Varenna

Otro de los pueblos más bonitos aldededor de lago di Como es Varenna, un pueblo justo enfrente de Bellagio al que puedes llegar fácilmente en barco en unos minutos.

Se trata de un pueblo de pescadores con un ambiente muy pintoresco y desde donde se pueden sacar algunas de las mejores fotos de todo el lago.

No se me ocurre mejor manera de cerrar este estupendo viaje por Milán que con un atardecer en este entrañable pueblo.

Después, a tu vuelta de esta excursión durante todo el día, puedes despedirte de la ciudad dando un último paseo y planeando cuándo volverás a esta ciudad tan histórica y cosmopolita.

Milán es una ciudad que puede visitarse en cualquier época del año, pero está claro que hay momentos mejores en los cuales no encontrarás tanto turistas y las temperaturas serán más agradables. Por lo general, en verano suele hacer mucho calor como para estar todo el día pateando la ciudad. Es por eso que lo ideal es ir en los meses de junio o septiembre.

Aún así, si quieres ir en un momento especial y no te importa pasar un poco de frío, no se me ocurre mejor plan que ir a Milán en Navidad, cuando toda la ciudad está iluminada y vestida de gala.

Tu viaje a Milán está lleno de panoramas y planes entretenidos pero, para que tengas un resumen de todo lo que vas a hacer, te dejo una tabla con lo principal para que te oriente mejor.