Marrakech en verano
Marrakech es un destino turístico cada vez más popular, incluso durante el verano. Si evitas salir en plena calle en las horas más calientes y escoges bien tus actividades, pasarás unas vacaciones inolvidables. ¡Sigue leyendo y descubre los mejores planes veraniegos!
Durante el verano, el cielo azul intenso contrasta con los paisajes rojizos de las calles de Marrakech crea una atmósfera exótica e indudablemente cautivadora que aumenta la cantidad de cosas que se pueden hacer durante un viaje a Marrakech. Y si las temperaturas suben demasiado, puedes aprovechar la excusa para alcanzar las playas de Essaouira.
1. Vive la atmósfera del Eid al Adha
Eid al Adha, literalmente “celebración del sacrificio”, es la fiesta del cordero y la celebración más importante del mundo musulmán. En este día se recuerda un episodio bíblico: cuando Dios ordenó a Abraham sacrificar a su primogénito para poner a prueba su fidelidad antes de detenerle en el último momento y ordenarle que matase un cordero en vez de su hijo. La Fiesta del sacrificio tiene lugar después de la peregrinación anual a la Meca. Por lo tanto, la fecha cambia cada año.
En los días previos, ya se puede intuir la magnitud del evento: los lugareños acuden a los mercados para comprar ovejas para después transportarlas a sus domicilios con cualquier medio de transporte. ¡No debes sorprenderte si verás a una cabra metida en el maletero de un coche!
También se preparan dulces típicos como las ghribas (unas galletas a base de almendras) o las icónicas Kaab el Ghazal, unos bizcochos en forma de media luna con almendras, agua de azahar y canela. Si quieres más sobre las delicatessen locales, te aconsejo leer el artículo Comida de Marruecos: los platos que no puedes dejar de probar.
El día de la fiesta empieza con unas oraciones. Sucesivamente, las familias se reúnen es sus propios hogares para la matanza y, por la tarde, salen a la calle para las celebraciones. Durante las dos jornadas de esta fiesta, los lugareños acuden a unas zonas a las afueras de la ciudad (musallas) para comer unos platos a base de ovejas y corderos. Los marroquíes tienden a usar todas sus partes, de las piezas más comunes a partes menos “nobles” como cerebros, estómagos y pies.
El consejo de Mateo
La mayoría de las tiendas, cafeterías y museos estarán cerrados al menos durante la mañana y, en algunos casos, durante uno o dos días. Asegúrate de tener planes alternativos para el día del Eid al Adha.
2. Visita las Tumbas Saadíes
Ubicadas en un jardín entre la Puerta de Bab Agnaou y el Palacio de El Badi, las Tumbas Saadíes son un cementerio que custodia los restos del sultán Ahmed al-Mansur y de otros cinco miembros de su familia. Sin duda, el ambiente más famoso es la Sala de las doce columnas, una habitación con una maravillosa cúpula tallada en madera de cedro, columnas de mármol de Carrara y una pavimentación cubierta de mosaicos.
Por muchos años, las tumbas cayeron en el olvido. Tras la caída de la dinastía saadí, el sultán alauita Mulai Ismail tomó el poder y condenó sus antecesores al “damnatio memoriae”. Por lo tanto, ordenó destruir todos los rastros del pasado. Afortunadamente, las Tumbas Saadíes fueron descubiertas en 1917. Durante la época colonial, los franceses fotografiaron Marrakech desde el aire para realizar un estudio topográfico y al analizarlas se dieron cuenta de que algo se podía esconder en este lugar.
Al ser un mausoleo, el calor de la ciudad se queda fuera del umbral. Puedes visitar las Tumbas Saadíes todos los días de la semana de 9:00 a 12:00 y de 14:30 a 18:00. El billete tiene un coste aproximado de 7 €.
3. Refréscate en las piscinas de la Ciudad Roja
Cuando el calor empieza a ser sofocante, no hay nada mejor que un buen chapuzón. La mayoría de los hoteles y riads de Marrakech permiten disfrutar de sus piscinas aunque no te alojes allí. Nada mal, ¿verdad? Ahora que lo sabes, recoge toalla, crema solar y un bañador y prepárate para pasar un día en las albercas de la Ciudad Roja.
En el corazón de la ciudad se encuentra el Riad Ambre Et Epices, la antigua mansión de un rico mercader de especias. Completamente renovado en 2009, el hotel cuenta con una maravillosa piscina al aire libre rodeada de árboles de olivo. Otro destino recomendable es el Palais Namaskar, un hotel de lujo que se caracteriza por su estilo oriental.
Adquiriendo un pase de un día podrás relajarte en sus tumbonas y disfrutar tanto de las toallas perfumadas como de sus sorbetes de cítricos. Si quieres alejarte del bullicio de Marrakech, puedes optar por el Manzil la tortue, un hotel con una tranquila piscina privada y un campo de golf.
Algunas piscinas dignas de mención se encuentran en el cercano desierto de Agafay. Terre des Étoiles, por ejemplo, es una oasis que cuenta con campamento de lujo y una alberca con vistas a las áridas colinas cercanas. A pocos km de distancia se encuentra también La Pause, un resort ecológico de lujo sin electricidad ni conexión Wi-Fi, el lugar ideal para desconectar. Para disfrutar de su piscina deberás pasar allí por lo menos una noche. Si te apetece descubrir este paraje natural, te recomiendo leer el artículo Excursiones al desierto de Agafay desde Marrakech.
El consejo de Mateo
En el verano las piscinas suelen ser muy concurridas. Si quieres evitar quedarte fuera, te recomiendo reservar tu sitio con algunos días de antelación.
4. Toma un poco de aire fresco en las cataratas de Ouzoud
Las cascadas de Ouzoud son las cataratas más altas de Marruecos y se encuentran a menos de tres horas en coche de Marrakech. Si quieres visitarlas en el día, lo mejor es escoger una excursión organizada. Hay varias opciones disponibles y la mayoría de ellas prevén la recogida en tu hotel o riad. Tras dejar la ciudad, el autobús o minivan atraviesa los valles del Gran Atlas, pasa en el medio de unos pueblos bereberes y, finalmente, llega a Ouzoud. E
Desde abajo, podrás apreciar el salto de agua de 100 metros y la neblina que se genera con la caída. Para gozar del panorama puedes emprender la subida al monte que, generalmente, suele durar una hora. En mitad del camino, te toparás con una colonia de monos pero no te preocupes, estos ejemplares están más que acostumbrados a la presencia humana. Si llevas algo de comida, se te acercarán enseguida.
Una vez que hayas bajado, puedes completar la excursión con un paseo en barco. El río formado por las cascadas de Ouzoud es surcado por unas curiosas embarcaciones de madera que dan un toque aventurero a la experiencia. Esta visita es una de las 12 mejores excursiones desde Marrakech.
El camino que lleva a la cumbre es bastante empinado. Para evitar caídas, es preferible utilizar unas botas de trekking. Al viajar en verano, es recomendable beber frecuentemente agua.
5. Descubre la Perla del Atlántico
Con este apodo se identifica Essaouira, una ciudad fortificada a orillas del océano. Su playa de arena fina y los vientos alisios que soplan con constancia atraen a miles de surferos provenientes de toda Europa. Los litorales de Tagharte, Safi e Sidi Kaouki son perfectos para surcar las aguas aprovechando la fuerza de los vientos y si no practicas esta disciplina, podrás escoger entre varias alternativas. Por ejemplo, puedes dirigirte hacia el puerto y comer pescado fresco en los restaurantes de la zona. Otra atracción digna de mención es la Medina, la parte vieja de Essaouira con su típica arquitectura árabe.
Llegar a la Perla del Atlántico desde Marrakech es muy fácil, basta coger un bus. Hay muchas compañías y el trayecto dura aproximadamente dos horas y media. Sin embargo, los autobuses no suelen respetar unos horarios fijos. Si quieres ahorrar tiempo, es preferible reservar un tour organizado. Si quieres saber más, puedes leer el artículo Cómo ir de Marrakech a Essaouria.
Essaouira es un puerto pesquero muy importante. Aprovecha tu estancia para comer sardinas, langostas y erizos de mar. Le Triskala y La Table son dos apuestas seguras.
6. Recorre la historia de Marruecos en el Musée des Confluences
Antes de ser reconvertida en un museo, Dar el Bacha fue la residencia del pachá Thami El Glaoui. El noble marroquí era un hombre muy rico, conocido por su estilo en el vestir y por sus frecuentes viajes a Europa. De hecho, construyó su finca para impresionar a los invitados que incluían personalidades como Winston Churchill, Charles De Gaulle y Charlie Chaplin.
El objetivo de este museo es profundizar la historia de Marruecos y de las influencias que han interesado el país a lo largo de los siglos. El principal espacio expositivo está dedicado al arte islámico pero podrás admirar también la colección internacional de Patti Cadby Birch, arqueóloga americana y enamorada de la Ciudad Roja. Su muestrario incluye más de 3.000 objetos antiguos de las civilizaciones maya, cretense y china. Las obras de arte abarcan desde el 5000 a. C. hasta la actualidad.
Al ser inaugurado en 2017, el Musée des Confluences es bastante desconocido entre la mayoría de los turistas. Aprovecha de esto para ver una residencia tradicional con unos bonitos patios llenos de vegetación, lo ideal para huir del calor.
7. Diviértete en los toboganes de Oasiria
Oasiria es el parque acuático más grande e importante de Marruecos y el lugar ideal para pasar un día en familia. Los más pequeños pueden jugar a los corsarios en la Laguna de los Piratas mientras los adolescentes se lanzan a toda velocidad por los toboganes o descienden en el Río Loco. En cuanto a los adultos, Oasiria cuenta con una atracción pensada exclusivamente para ellos: la Calme & Chauffée, una piscina con agua a 28º donde los niños no están admitidos. Aquí podrás relajarte mientras tus hijos se divierten en el Moussaillons, un club que organiza actividades lúdicas.
Además de un parque acuático, Oasiria es una lujuriante área verde tanto que su propia web se anuncia como “Le plus grand jardin de Marrakech”. Y cuando el hambre se asoma, puedes escoger entre 5 restaurantes. El buque insignia de Oasiria se llama Le Jardin & les Cabanas y propone una cocina de temporada con ingredientes frescos y de calidad. En alternativa, el chiringuito Le Café Ola tiene una carta más sencilla con sandwich, ensaladas o unos helados refrescantes.
El consejo de Mateo
En Oasiria está prohibido llevar comida y bebida, aunque está permitido entrar con unas botellas de agua.
8. Piérdete entre las creaciones de Yves Saint Laurent
Cuando la temperatura sube, visitar un museo es siempre una buena idea. La última incorporación de la Ciudad Roja es el Museo Yves Saint Laurent Marrakech que alberga 5.000 prendas de vestir, 15.000 accesorios de alta costura, bocetos y objetos de todo tipo. La institución cultural ha sido inaugurada en 2017 y se encuentra a escasa distancia de los Jardines Majorelle. Construido en terracota, hormigón y piedra marroquí, el edificio encaja perfectamente con su entorno mientras que su fachada de ladrillos evoca el entramado de una tela.
La extraordinaria colección del museo es el resultado de una intuición del artista: Yves Saint Laurent fue el primer diseñador de su generación que archivó sistemáticamente su trabajo. Tras un paseo entre las prendas, podrás relajarte en el Café Le Studio, un bar/restaurante con un menú que fusiona la cocina mexicana con la californiana. Para elaborar ceviches, tacos o el aguachile verde, el chef utiliza ingredientes orgánicos de la región de Marrakech.
El Museo Yves Saint Laurent abre a las 11:00 y cierra sus puertas a las 17:00. La última entrada es a las 16:30.
9. Déjate cautivar por los aromas del Museo del Perfume
Ubicado en un riad de la Medina, el Museo del Perfume es la creación de Abderrazzak Benchaâbane, perfumista marroquí y principal restaurador de los Jardines de Majorelle. Se encuentra en el corazón del casco viejo y cuenta con unas buenas reseñas por parte de turistas y lugareños. Aquí descubrirás todos los pasos necesarios para elaborar una fragancia; además, entenderás los secretos del incienso, del argán, de las aguas florales y de otros aceites esenciales.
Si crees tener un talento por los aromas, el museo propone unos talleres de creación de perfumes además de unos talleres de despertar olfativo dirigidos a los peques. En el Perfume Bar encontrarás varias Soliflore, es decir, unas esencias compuestas por una sola nota. Podrás mezclarlas para elaborar unas creaciones originales que podrás llevarte a casa como souvenir.
El consejo de Mateo
El Museo se encuentra en 2, Derb Chérif, Rue Diour Saboun. Si no lo encuentras, puedes preguntar a alguien en la Medina que te acompañará en cambio de unos Dírham.
10. Regálate un curso de cocina
Un taller de cocina marroquí te enseñará las recetas tradicionales para que puedas replicarlas en tu casa. La mayoría de los cursos empiezan con la compra de los ingredientes frescos que se lleva a cabo en los zocos de la Ciudad Roja. Sucesivamente, volverás a tu hotel/riad o lugar donde se imparte el curso para elaborar las creaciones culinarias. En todo momento, un cocinero experto te enseñará los trucos del oficio y una vez acabado el proceso, podrás degustar los platos elaborados.
En Marrakech encontrarás toda clase de cursos. Aprenderás a preparar recetas tradicionales como harira, cous cous, tajine de pollo o de ternera y pastelería marroquí. Además, estos talleres te serán útiles para utilizar propiamente las especias (canela, cúrcuma, comino, jengibre y azafrán). Estos cursos suelen tener un coste de 50 € y son muy bien valorados por los turistas.
El consejo de Mateo
Elige este taller si tienes unas nociones de cocina. No hace falta ser un cocinero experto pero es preferible tener unas habilidades básicas.
Las temperaturas en Marrakech en verano
En la ciudad marroquí, el verano empieza a mediados de junio y concluye a mediados de septiembre. En los meses “fronterizos”, las noches suelen ser un poco más frescas (las mínimas suelen llegar a 15º/17º) mientras que por el día se alcanzan fácilmente los 35º. Todo cambia cuando hablamos de julio y agosto que es la temporada más tórrida de Marrakech. En estos meses, las máximas superan los 45º durante varios días y en algunos casos se roza la temperatura límite de 50º. Si quieres viajar en los meses más templados, puedes consultar el post sobre Marrakech en abril o Marrakech en octubre.
Planes alternativos para protegerse del calor en Marrakech
Cuando el calor acecha, puedes buscar un poco de refrigerio en los museos con aire acondicionado de Marrakech. Además de las instituciones ya mencionadas, existen otras opciones como La Maison de la Photographie (Rue Ahl Fes, 46 Rue Bin Lafnadek) o el Museo Boucharouite, una antigua casa de huéspedes reconvertida en una exposición de artesanía local). Para refrescarte, puedes optar por La Plage Rouge (una piscina con tumbonas a las afueras de Marrakech) o Nikki Beach, una glamurosa piscina con dj set.