13 cosas que ver y hacer en Berlín en diciembre
Berlín en diciembre es una opción ideal. La ciudad saca su faceta navideña sin abandonar aquel toque alternativo que la distingue
La capital alemana es un buen destino en cualquier temporada, diciembre incluido. En el último mes del año podrás disfrutar de planes distintos como un museo por la mañana y un descenso en trineo por la tarde. Y todo esto sin abandonar la ciudad.
¡Sigue leyendo y descubre qué ver y qué hacer en la ciudad del muro!
1. Busca un recuerdo original en los mercadillos navideños
La Navidad está a la vuelta de la esquina, y ¿qué mejor ocasión para sumergirse en la magia de esta época? Si te gustan las estampas románticas y los encantos de un pueblo histórico, te recomiendo visitar el mercadillo navideño de Spandau. Se hospeda cada año en los alrededores de la iglesia de San Nicolás, un templo gótico de tres naves. Puedes desplazarte hasta aquí con el metro (línea 7, fermata Rathaus Spandau).
Si no tienes tiempo o prefieres quedarte en el centro, te recomiendo visitar el mercadillo de Gendarmenmarkt. A los pies de la Catedral Alemana (Deutscher Dom) y la Catedral francesa (Französischer Dom) encontrarás decenas de puestos con comida típica y artesanías. Cada día, unos artistas tocan música clásica, jazz o góspel mientras que los malabaristas atraen las miradas de los más pequeños. Abre todos los días de la semana de 11 a 20 h.
Una buena forma de recorrer el centro de Berlín y descubrir sus calles y monumentos es haciendo uno de los tours de la ciudad.
2. Escapa del frío en los museos
A veces, el invierno en Berlín puede ser un desafío. Con una temperatura media de 5 ºC, tendrás ganas de encontrar un lugar cerrado y calentito. Los museos son siempre una buena opción y la capital alemana cuenta con algunos destinos que merecen una visita.
- Entradas para el Museo Neues de Berlín: Si te apasiona la historia antigua, ésta es tu mejor opción. Cuenta con más de 6.000 objetos arqueológicos desde la Edad de Piedra hasta la Edad Media, incluyendo la escultura de Nefertiti.
- Entradas para el Museo del Muro de Berlín: Una visita imprescindible para conocer la historia del Muro de Berlín y profundizar en la división entre la Alemania Occidental y Oriental.
- Museo de las Ilusiones de Berlín: Una divertida experiencia inmersiva con diferentes exhibiciones a partir de ilusiones ópticas.
- Madame Tussauds de Berlín: Y como no podía ser de otra forma, Berlín también tiene su Museo de Cera con más 120 réplicas. Ideal para pasar una jornada divertida en familia.
- Hamburger Bahnhof - Museo de Arte Contemporáneo: Más allá de la increíble colección de arte que aloja, destaca el lugar donde se encuentra, una antigua estación de tren neorrenacentista.
- Gemäldegalerie: En este museo te esperan más de 1.500 obras de arte de los siglos XIII al XVIII de artistas alemanes de gran influencia.
- Alte Nationalgalerie: Artistas tan reconocidos como Manet, Cézanne o Monet son algunos de los protagonistas de este museo que cuenta con más de 1.800 pinturas y 1.500 esculturas.
3. Vive una experiencia heladora en el bar de hielo de Berlin
El bar de hielo de Berlín es, sin lugar a dudas, uno de los planes más curiosos de Berlín. Se sitúa en el centro de la ciudad e independientemente de la época del año en la que vayas la temperatura está por debajo de los 0 ºC.
Aun así, mi recomendación es que vayas a lo largo del invierno. De hecho, diciembre es un mes ideal. ¿Te preguntarás el por qué? Como te puedes imaginar es primordial ir muy abrigado, evidentemente con abrigo, guantes e incluso gorro, y visitar este bar en otra época del año es bastante incómodo, sobre todo si vas de vacaciones y vas a estar todo el día haciendo turismo, ya que tendrás que estar cargando permanentemente con toda esta ropa adicional.
Otra opción es terminar el día con la visita al bar del hielo y disfrutar de un cóctel bien fresquito.
4. Disfruta de las mejores vistas de Berlín desde las alturas
Con la entrada para el paseo en globo Die Welt disfrutarás de unas vistas panorámicas increíbles de los monumentos más importantes de Berlín desde, nada más y nada menos, que a 150 metros de altura.
Además, estarás acompañado de un equipo de pilotos y guías que te irán ilustrando a lo largo de todo el trayecto, de aproximadamente 15 minutos de duración.
Una experiencia irrepetible en la que podrás sacar las mejores fotografías de tu viaje para ser la envidia de todos tus familiares y amigos.
5. Pon a prueba tu adrenalina con un vuelo en helicóptero
El mes de diciembre, con la ciudad iluminada por la Navidad, es un momento incomparable para disfrutar de un vuelo en helicóptero por Berlín. Un plan ideal para que te dejes deslumbrar por unas vistas alucinantes de la capital de Alemania, así como de todos sus monumentos. El Muro de Berlín, la Torre de la Televisión, la Puerta de Brandeburgo o la Catedral, serán algunos de los numerosos enclaves que divisarás como nunca antes hubieras imaginado.
A lo largo del recorrido, de aproximadamente 20 minutos de duración, llevarás puesto unos auriculares para comunicarte con el piloto profesional que te acompañará y guiará.
Y un dato curioso: tras esta experiencia de vuelo, se te facilitará un certificado de vuelo turístico.
6. Prueba las cervezas navideñas
Cuando se acerca la Navidad, las cerveceras alemanas sacan unos brebajes especiales. Generalmente, las cervezas navideñas tienen más cuerpo y su sabor se caracteriza por ingredientes como canela, clavo o vainilla.
No es algo exclusivo de Alemania -también es común en Bélgica, Países Bajos y algunas regiones de Francia- pero siendo un país de larga tradición, no faltan opciones a la hora de pedir una buena pinta.
Se denominan Weihnachtsbier y se elaboran con la primera malta fresca y el lúpulo cosechado en otoño. En cuanto al color, van del ámbar oscuro al marrón avellana. Tienen un porcentaje de alcohol superior a lo habitual -alrededor de 8º- y casan bien con postres tradicionales como, por ejemplo, el pan de jengibre.
7. Cata la gastronomía local de invierno
Cuando el frío aprieta, la cálida y contundente cocina alemana viene en tu ayuda. A diferencia de otras ciudades del país, Berlín es una ciudad multicultural y su oferta gastronómica se orienta hacia las comidas internacionales. Sin embargo, no faltan lugares característicos que aguardan la tradición. El siguiente listado abarca todos los bolsillos y reúne los mejores restaurantes especializados en cocina alemana:
- Zur Letzten Instanz, el decano de Berlín. Ocupa el mismo lugar desde 1621 y sus huéspedes más célebres incluyen figuras como Napoleón, Beethoven y Charly Chaplin. Sus famosas Buletten (albóndigas de cerdo y de res) y salchichas Bratwurst se elaboran con carnes de productores locales (Waisenstraße 14/16)
- Henne, otro histórico de la capital. Desde 1908 sirve pollo frito crocante preparado según una receta secreta. Se encuentra en el barrio turco (Kreuzberg) y suele estar concurrido. Por lo tanto, es recomendable reservar (Leuschnerdamm 25)
- Schneeweiß, el restaurante alpino. Sus paredes y decoraciones blancas crean un ambiente diáfano y elegante. Las especialidades son Wiener Schnitzel (una chuleta de solomillo de cerdo o pierna de ternera empanada) y Spätzle, unos ñoquis típicos de Alemania del sur. Se encuentra en el barrio de Friedrichshain (Simplonstraße 16)
- Die Stulle, una buena opción para empezar el día con energía. Como sugiere su nombre se focaliza hacia los Stulle, un término berlínes que significa “rebanada de pan recubierta”. Puedes escoger entre decenas de ingredientes frescos y de temporada. Se encuentra a escasa distancia del Zoo (Carmerstraße 10)
- Schwarzwaldstuben, un establecimiento enfocado a la cocina de Suabia, una región del sureste de Alemania. La especialidad – sólo disponible en temporada – es la tarta salada de espárragos y cebolla (Tucholskystraße 48)
Un consejo, pide Eisbein, el famoso codillo de cerdo alemán. Se obtiene después de una larga cocción de una pierna de jamón. Otros platos que merece la pena comer en invierno son el Kassler (carne de cerdo ahumada y acompañada por chucrut y puré de patatas), Königsberger Klopse (albóndigas de ternera y anchoas) y Apfelstrudel, un pastel de manzanas. Y si quieres adentrarte aún más en la gastronomía alemana, no dudes en reservar un tour gastronómico.
8. Descubre las luces de Navidad en Ku'Damm
Kurfürstendamm -apodada por los locales como Ku'Damm- es el bulevar más elegante de la capital alemana. Empieza a la altura de la Iglesia Memorial del Kaiser Guillermo y llega hasta la zona residencial de Halensee.
En diciembre se llena de colores gracias a las iluminaciones navideñas: Papá Noel y sus renos, muñecos de nieves y árboles decorados te esperan en esta zona de la ciudad.
Se encuentra en la zona oeste y podrás llegar fácilmente con el metro (parada Kurfürstendamm).
9. Ve de compras por Kaufhaus des Westens
Los grandes almacenes Kaufhaus des Westens -a menudo apodados “KaDeWe”- tienen ocho plantas dedicadas a tipos diferente de mercancía. Encontrarás ropa, joyas, perfumes, delicatessen y mucho más. La particularidad de este sitio es la atención por el lujo y los servicios otorgados que incluyen cambio de divisas, servicios de sastrería, depósito de equipajes o un personal shopper que te guiará por las tiendas del KaDeWe.
Se encuentra a poca distancia del zoo de Berlín. Abre todos los días de la semana de 10 a 20 h. y la forma más rápida de llegar es en metro hasta la estación de Wittenbergplatz (Tauentzienstraße 21-24). Es un lugar ideal para comprar los últimos regalos de Navidad, renovar el guardarropa o degustar comida gourmet.
10. Quédate a boca abierta en el Jardín de Navidad
En el mes de diciembre, el Jardín Botánico de Berlín aloja el Jardín de Navidad. Se trata de una ruta de aproximadamente 1,5 kilómetros amenizada con iluminaciones y figuras en 3D. Este espacio verde merece una visita, cuenta con más de 20.000 de plantas y tiene unos de los invernaderos más grandes del mundo. Abre todos los días de 9 a 20 h.
11. Viaja a Dresde
Si dispones de cuatro días en Berlín (o más), merece la pena dedicar un día a Dresde. Las ciudades están bien conectadas con el tren: regionales y alta velocidad (tanto directos como no) te llevarán de la Estación Central de Berlín (Berlin Hauptbahnhof) a Dresden-Neustadt o Dresden Hauptbahnhof. Como alternativa puedes optar por el bus. Las principales compañías operan en Alexanderplatz, el aeropuerto y la Estación Central de Autobuses de Berlín.
Berlín es moderna y cosmopolita mientras que la capital de Sajonia es una joya barroca. Ambas sufrieron los bombardeos de la segunda guerra mundial, pero la segunda fue reconstruida respetando la arquitectura tradicional. La Frauenkirche (Iglesia Luterana de Nuestra Señora), el Zwinger (palacio barroco del siglo XVIII) y la Semperoper (teatro de ópera) renacieron de sus cenizas gracias al esfuerzo de la ciudadanía.
Además, Dresde puede enorgullecerse de hospedar el mercado navideño más antiguo y famoso de Alemania: Striezelmarkt, donde no solo están los puestos con dulces, artesanías y recuerdos, sino también una pirámide escalonada, un gran arco de velas, una pista de patinaje y el Pflaumentoffel, una estatua de ciruelas pasas que representa un deshollinador.
12. ¡Monta en trineo!
¿Sabías que la capital alemana cuenta con unas pistas de trineos? Pues sí, bajar las colinas es una tradición local y cuando llega el invierno los berlineses se dan cita en los relieves de la ciudad. Me imagino que no has facturado un trineo como equipaje especial pero no pasa nada, muchas empresas de alquiler de bicicletas los alquilan. Entre los mejores sitios podemos mencionar Teufelsberg, la montaña del diablo.
Se compone de escombros acumulados tras la Segunda Guerra Mundial y antes de convertirse en un destino de ocio era un lugar crucial de la Guerra Fría, ya que en su cumbre se levanta sobre la antigua estación de escucha estadounidense. Se llega fácilmente cogiendo un tren en la Estación Central.
Otros puntos para lanzarse a lomo de trineo son Viktoriapark (Katzbachstraße), Humboldthain (Brunnenstraße) o Insulaner, una colina de 75 metros cerca del Planetario.
13. Regálate un día en un spa
Antes de volver a casa y retomar la vida de siempre puedes dedicar una mañana a tu bienestar. En diciembre, las temperaturas no se alejan mucho del punto de congelación y un spa relajante es lo ideal para escapar del frío. Como cualquier capital que se precie, también Berlín cuenta con unas opciones que te devolverán las energías. Sigue leyendo y descubre el top 5:
- Vabali, un rincón de Bali en el corazón de Berlín. Es muy extenso y cuenta con unos pases de 2 y 4 horas además de un billete diario. Se encuentra en el interior del parque Fritz Schloß y a escasa distancia de la Estación Central (Seydlitzstraße 6)
- Liquidrom, el centro de bienestar futurista. Desde fuera recuerda a un tipi indio estilizado pero las extravagancias no terminan aquí. El buque insignia es la piscina de agua salada caliente con juegos de luces y un hilo con música clásica o electrónica (Möckernstraße 10)
- Stadtbad Oderberger, los antiguos baños públicos de la capital. El edificio fue proyectado por Ludwig Hoffman, el mismo arquitecto del Museo de Pérgamo y la Fuente de los Cuentos de Hadas, entre otros (Oderberger Straße 57)
- Louisa's Place, un boutique hotel cerca de Adenauerplatz. Se hospeda en un edificio de estilo prusiano y cuenta con una piscina de buenas dimensiones, sauna y salas para masajes (Kurfürstendamm 160)
- Hamam, el baño turco para mujeres. Abre todos los días a excepción de los lunes (Mariannenstraße 6)
¿Cuál es la temperatura de Berlín en diciembre?
En el último mes del año, la temperatura diaria promedio se sitúa alrededor de 1 °C. Pero eso no debe de condicionarte a la hora de disfrutar de todo lo qué ver y qué hacer en Berlín. Eso sí, tienes que tener en cuenta que es posible que nieve** y, por lo tanto, te aconsejo llevar algo práctico: guantes, gorro y unas zapatillas con una buena suela son esenciales para no pasar frío.
A pesar de todo esto, es una buena época para visitar Berlín. Si una capa de nieve cubre la superficie, la ciudad cobra encanto. Además, no faltan planes bajo techo para seguir disfrutando de tus vacaciones.